Please enable JavaScript!
¡Por favor activa el Javascript![ ? ]

UNA PROFESIÓN, UNA VIDA por Ana María Tobanelli (video)

EL TEATRO DE LA CRUELDAD por Verónica Molas (fragmento de catálogo)

“La Corte, una obra abierta, comenzó en el 2000 con Los amantes de la reina. Con estas piezas, Canavesi ha demostrado que a mayor cantidad de años como escultor, le corresponde más riesgo. Construye en los límites de la escultura con la mayor comodidad. El ensamble domina los elementos aparentemente dispares. El amante del rey, El Rey, el cocinero y su amante o El sueño del príncipe se definen por la conexión de sus partes. Son fragmentos, nobles armados de restos, apenas lo que simbolizan. Sus elementos constitutivos hablan por ellos. Otra vez, la forma del cuerpo es campo de acción. Donde el artista concreta su visión de la crueldad humana.”

LA CORTE ensambles (video)

 

UNA PROFESIÓN, UNA VIDA por Ana María Tobanelli

Revista Propiedad Horizontal del circuito de desarrollo inmobiliario de Córdoba

En esta oportunidad no voy a escribir sobre el curriculum de Canavesi porque es tan rico y tan vasto que agotaría el espacio que es necesario para presentarlo. Ganar premios en su carrera es inevitable, aunque lo más importante es la coherencia en su producción. Además de profesor, lidera su espacio de producción y exhibición llamado Antonia como su madre. En internet está toda la información disponible. http://www.juancanavesi.comJ.C. Soy Juan Canavesi, tengo 58 años, artista visual, de Córdoba, me formé en la Escuela Figueroa Alcorta, fue una libre elección.Cuando entré a la escuela de arte sentí que cambiaba mi vida, me encontré a gusto, con mis pares, fue un agradable descubrimiento haber encontrado lo que yo quería hacer. Me preguntaste si de chico tenía alguna inclinación por esta tarea, lo que realmente me gustaba era tomar materiales que encontraba y transformarlos, eso me llevó a crear objetos. Modelar me produce mucho placer.

A.M.T. Ahí está, la fascinación por la transformación.
J.C. Nunca me lo dijeron, pero ahora que lo mencionas, tenés razón, porque busco los materiales con los que voy a expresarme, puedo pasar del papel a la arcilla, o a la madera, resina, a la tela, que se transforman en el objeto pensado.
A.M.T. ¿Nunca se te ocurrió instalarte en otro país, más fértil en el tema del arte?
J.C. Tal vez sea un proyecto pendiente, para más adelante. Recuerdo los primeros años de mi profesión, los eventos lógicos del crecimiento como persona, la independencia económica, etc. Me pasaron cosas importantes apenas graduado, como en sucesión. Por ejemplo, Peiteado me sugirió presentarme a la beca del Fondo Nacional de las Artes, y la gané, su influencia en mi formación fue muy importante, aprendí mucho con él.
A.M.T. La beca del FNA. ¿De qué se trataba?
J.C. De estudiar en Buenos Aires, con artistas como Juan Distéfano, en resina poliéster y con Antonio Pujía sobre modelado en cera para bronce, en la Escuela De La Cárcova.
A.M.T. Tuviste muy buenas oportunidades y las aprovechaste, eso es una muestra de la seriedad con que tomaste tu profesión.
J.C..En ese momento si, estaba alerta a todas ellas. Ese comienzo, lleno de proyectos, me sentía bien, tanto en lo profesional como en mis afectos. Mi vínculo con Marcelo Gradassi enriqueció mi quehacer artístico, porque incorporé cosas de la danza a mis presentaciones, con perfomance, además de lo escenográfico, la iluminación, también me empecé a meter en el vestuario, casi sin darme cuenta. Así, se presentó en Salamanca en el Palacio Fonseca, una versión de Carmen, cuyo bailarín y coreógrafo era Marcelo, con mi escenografía en ese lugar maravilloso, fueron momentos inolvidables que se replicaron por años.
A.M.T. Encontraste una articulación entre la danza y la escultura.
J.C. Pasaba horas mirando los ensayos, el cuerpo humano en movimiento me fascinaba.
A.M.T. Se te nota feliz cuando evocas esa época de tu vida.
J.C. ¡Es que fui feliz! A.M.T. Tu imagen personal es la de alguien positivo. ¿Te han pasado cosas difíciles de superar? Más allá de las situaciones personales, en el campo profesional, me refiero.
J.C. Me considero alguien positivo, mi actitud es la de avanzar siempre. Pero tuve momentos feos, claro! Voy a recordar algo, trabajé durante dos años en un proyecto consensuado con el entonces director del Caraffa, Adolfo Sequeira, pensado para la reapertura en 2008. Con el proyecto de una gran instalación ya avanzado, con todo listo y antes de la inauguración por un cambio de autoridades del museo, asumía Daniel Capardi, se desechó la programación. Esa muestra que había sido un desafío de entrada, que había requerido un gran trabajo de investigación y de registro audiovisual, con figuras escultóricas enormes, los recursos económicos propios y el tiempo invertidos, quedaba sin sala. Y no se tomaron la molestia de avisarme, me tuve que enterar por una publicación en el diario.
A.M.T. ¿Y qué hiciste?_
J.C. En un primer momento te supera la rabia, luego me fui tranquilizando.
A.M.T. Esto pasa cuando la cuestión burocrática no tiene en cuenta el compromiso con los artistas.
J.C. Era una época en la que todavía las cosas se organizaban de palabra, ahora se firman contratos. Este hecho tuvo sus consecuencias también, entré en un período como de agotamiento, luego de una lucha interna destruí la instalación. Decidí tomarme dos años sabáticos, como para reelaborar asuntos internos, una forma de cuidarme.
A.M.T. Me parece importante que los lectores se enteren de estas frustraciones de los artistas que dependen de decisiones políticas para concretar proyectos que en definitiva son para el público, ni siquiera son con fines de lucro, sino que nacen de la pasión por compartir las visiones que solo el arte puede dar.
J.C. Estas cosas van más allá de la compensación económica.
A.M.T. Si bien, es justa la retribución económica, el anhelo del artista es la trascendencia de su obra y eso no tiene que ver con el dinero.
J.C. Sí, es otra cosa. Para contrastar esos años tuve muchas invitaciones en colectivos de artistas que me permitieron seguir desarrollando mi obra.
A.M.T. Podríamos volvernos a mirarla…
J.C. Luego de la última muestra en el Caraffa, Seminalis, 2018, mirando para atrás, me di cuenta que lo transitado marcaba tres etapas. La etapa en la necesitaba decir cosas con los cuerpos, no eran cosas que me gustaran o agradables, porque a veces eran muy agresivas o grotescas, pero el tema del cuerpo me atrapaba.
A.M.T. Era la época, con la venida de la democracia los artistas sacaron a pasear sus demonios. Era necesaria esa catarsis.
J.C…Trabajé mucho con cuerpos femeninos y masculinos, en dibujo, escultura, instalaciones, expresando allí, las ideas sobre el poder, el sexo, mostrándolas sin pudores. Luego, en el año 2000 nos invitaron a hacer un workshop en la SUNY, Estados Unidos, éramos 17 artistas de distintas provincias argentinas convocados por Rimer Cardillo que es un artista uruguayo radicado allí. El taller era sobre serigrafía fotográfica para instalaciones, fue un trabajo intenso de un mes, en New Paltz un bello pueblo a dos horas de New York. Ahí hubo otra bisagra en mi obra, el grabado me atrapó y me permitió volcar en mi propuesta que se llamó “Ex voto en rojo”, todo lo vivido alrededor de la pérdida de mi pareja, víctima de cáncer de pulmón, así que este órgano fue el tema de toda la investigación gráfica. Con todo, si el ex voto es un elemento para pedir, yo lo elaboré para agradecer, a pesar del dolor. Después de esta muestra “Creencias y comportamientos” que fue itinerante curada por Matilde Marín, empecé a trabajar con lo digital, empezó a aparecer el corazón como tema, me había dicho a mí mismo que cuando estuviera en la obra, yo iba a estar bien. Este trabajo culminó en una muestra que se llamó Pleamar, los objetos estaban a ras del piso, iluminados dramáticamente, que combinaban la escultura con el grabado. Allí empieza lo mío con la gráfica, me había alejado ya de los cuerpos, estaba saliendo algo diferente de mi intimidad. En este ser íntimo, me reencuentro con las cosas de la niñez, con la naturaleza, con las cosas que me indican una tercera etapa, una búsqueda que recién empieza.

Ana María Tobanelli



5 thoughts on “UNA PROFESIÓN, UNA VIDA por Ana María Tobanelli (video)

  • Luis

    Juan, da mucho placer leer tus momentos de vida. Talentoso incansable, la gente tiene que saber que siempre la última obra se lleva puesta a todas las anteriores. Por eso cuesta, por eso vale. Un artista no se hace en dos días de experimentación!!!!!!

  • Juan

    Hola Luis. Gracias por tus palabras!!! un fuere abrazo desde Cordoba.

  • ana maría tobanelli

    Me encanta que sigas publicando la nota. Te aprecio y valoro mucho.

  • ana maría tobanelli

    Buenísimo el video y la sala ! me gustó!


Deja una respuesta

El Gramet es la simiente de un gran proyecto que abarcará los confines del mundo para cubrir a todos los artistas visuales, de todas las ramas y en sus distintas disciplinas.