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A todo el mundo que mira hacia Lunática

Es un honor integrar el comité científico, desde la primera edición, de esta cada vez más prestigiosa bienal internacional de arte.

Las bienales crean un lugar liminar,  donde los artistas intentan anunciar una nueva intención estética, desde el arte como su propia génesis, lo que deja el sello de un momento histórico y abre nuevos caminos, que muchas veces, más tarde son transitados por la sociedad. Así también son  seguidas las conductas de los artistas, de una sensibilidad en carne viva, que al principio son consideradas extravagantes por el común de la gente y después de las críticas  se valoran como nuevos paradigmas. Se rompen cánones y con frecuencia, la gente toma esas fracturas,  al incorporarlas a sus conductas, se vuelven a convertir en nuevos hábitos, que con el tiempo vuelven a caer y nuevamente son sustituidos o integrados.

Es de considerar que seguramente estamos viviendo el momento más crítico y provocador de la historia del arte, porque se vive una situación que no podemos esquivar ni mirar para otro lado. Si percibimos un mundo incoherente, por qué el arte debería presentar lo contrario? Realmente nos debe llamar la atención que se vendan, se premien,… obras, hasta invisibles? Estas obras suelen resultar shockeantes, al borde de la crueldad. Siempre se juega con los límites de la provocación y seguramente debemos al menos, encontrar un motivo de replanteos, que sin duda compromete a los artistas, museos, galeristas, intereses financieros y hasta a los mismos poderes gubernamentales, que inyectan sus intereses. El arte tiene tal potencia que hasta se puede decir que va por delante de la ciencia, porque no tiene el límite de la realidad. El arte puede ser tan influyente, que puede lograr los más profundos cambios culturales, a veces “usado” para integraciones, divisiones, imponer determinados consumos…

Lo que existe en el mundo físico está hecho de información y energía. Esta bienal significa mucho más que un encuentro de artistas y sus obras. Desde la primera edición, viene formando un caldo de energía donde todo flota armónicamente, a un determinado ritmo sincronizado y donde podemos encontrar la belleza de la armonía, a la que está ligado el arte, por eso es que cuando coincidimos con esta frecuencia, sentimos que nos atraviesa y nos conmueve. Cada campo de energía está en contacto con los demás y se influyen entre sí. Todos somos expresiones de esta energía e información. La sensación de conexión es virtual, pero a veces se hace tangible. Esa sensación, intención de por medio, es lo que une a los hacedores del arte cuando nos encontramos en la bienal, ya sea personalmente o a través de las obras. La intención es invitar a subir a toda la gente de voluntad a ese disco de energía que nos envuelve en un campo de alta vibración.

La inteligencia no circunscrita, puesta en la creación de un acontecimiento artístico internacional de esta envergadura, crea y ordena la actividad de la información y la energía.

En ediciones anteriores, he tenido el privilegio de poder colaborar en el proceso de una  minuciosa búsqueda de sintonía, en la ubicación de las obras, junto a Olga y Giuseppe. Un proceso amoroso y estético con un propósito de inmersión de todos los artistas en una misma “cosa”, con el fin ulterior de incluir y relacionar de manera más estrecha  al público observador.

No existe en la historia de la humanidad, un flagelo semejante como el que está azotando a la totalidad de nuestra especie. Por primera vez la    globalización extiende la muerte y el terror sin ningún tipo de distinción.

 

La bienal de Salerno, no queda fuera estas terribles consecuencias, debiendo postergarse una y otra vez. Entre esperas y búsquedas de un tiempo de encuentro, se nos va un miembro clave del comité científico, para seguir su camino en soledad, tal como vino a este plano; como todos. La bienal pierde al presidente del jurado, al honorable profesor Ángelo Calabrese, historiador y crítico de arte. Lo conocí en la primera bienal y traté de estar siempre cerca, porque era una verdadera fuente de sabiduría. De ahí en adelante, no lo perdía de vista porque era de esas personas que despertaban admiración y respeto. Una cosa es la fama y otra es el  prestigio. La fama se consigue hasta con un escándalo, pero el prestigio no es para cualquiera porque además de los talentos naturales, hace falta un trabajo de mucha tenacidad y conciencia. La agudeza visual y la sensible percepción, le permitían entrar en el espíritu de la obra, para decodificarla con un poder de síntesis y precisión excepcional. Este prestigioso crítico e historiador, frente al 1er premio de pintura de la 3era edición de la bienal, me regaló la última emoción con sus tan breves como certeras palabras.

 

Nadie puede reemplazar a nadie, cada uno hace las cosas a su manera y como puede. ¿Cómo se hace para transmitir con palabras, el gran honor que significa para mí, la generosa invitación a presidir el jurado de la bienal?

De pronto, el mundo se detuvo y parecía que todos nos hundíamos y entre huesos retorcidos y quemados. El arte se yergue. Renace el miedo del hombre primitivo: fuego, muerte y pudrición llegan hasta la entrada de su cueva. …y se encuentra solo, con su espíritu en lucha planteándole un desafío a la oscuridad, rasguñando los muros y espantando con ruidos al monstruo que lo quiere asfixiar. El arte es sanador, es un motivo para el coraje, para expresar su propia verdad a cualquiera, a todos. En definitiva, el arte es nada menos que la cascara del espíritu.

 

Después de un tiempo de silenciosa y angustiante espera, agotadas las instancias de introspección, vuelve el hombre a conectarse con su propia esencia, la misma de aquellos primeros hombres. Hoy, desde la cueva, la tecnología nos permite gritarle al mundo. Además de alimentarse y reproducirse, la necesidad de dejar un legado en la huella sigue intacta, algo que prueba la materialidad de lo que no vemos ni de nosotros mismos.

 

En un punto de quiebre, en el momento más crítico de la humanidad, brota la necesidad de la búsqueda de la belleza, como fuerza suprema para mantenerse en pie frente al horizonte. La belleza no siempre coincide con lo lindo, porque tal vez no se encuentre la razón para fundirlos, pero nos da la posibilidad de volar, para tener una percepción desde lo alto.

 

Es notoriamente visible la expansión de la bienal en el mundo. La incorporación entusiasta del joven espíritu latinoamericano irrumpe con toda la fuerza del color y los contrastes de frondosas texturas.

La bienal de Salerno se condimenta con otras ramas del arte; las plásticas, letras, música, danzas y ciencias agregaron dinamismo a la marcha de los curiosos observadores en búsqueda de sorpresas.

 

La fraternidad transmitida por los creadores, organizadores; la Doctora Olga Marciano y el Arquitecto Giuseppe Gorga, ambos artistas de valorada trayectoria, era reforzada por el espíritu humanista del profesor Ángelo Calabrese.

 

Como embajador de la bienal en Argentina, acompaño las obras ganadoras de la Bienal de Gente Privada de la Libertad, realizada en la ciudad de La Plata, pasaje Dardo Rocha, año 2019. Además, se presenta un video instalación, donde se muestra el sorprendente poder de síntesis de una interna que jamás había tenido un pincel en sus manos. A tal punto que relata toda su historia en dos obras, una pintura y una escultura. Un video que muestra metafóricamente desde el arte, cómo el sincronismo está presente todo el tiempo.

Como presidente del jurado, mitad argentino, mitad italiano que se mueve entre el calor de la sangre y la situación geográfica, me responsabilizo, en esta edición, a asumir el compromiso de extremar los esfuerzos por la conservación de lo que caracteriza a este acontecimiento: el sensible encuentro de las obras y  artistas del mundo. Me sumo a la gestión para contribuir en la ampliación de los vínculos entre las distintas culturas del mundo a través del arte, como medio sin fronteras.

Pongo a entera disposición toda mi responsabilidad, dedicación y apasionado espíritu de justicia.

 

Luis Vicente Gramet
Presidente del jurado
Embajador en Argentina

 


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El Gramet es la simiente de un gran proyecto que abarcará los confines del mundo para cubrir a todos los artistas visuales, de todas las ramas y en sus distintas disciplinas.