Lo más certero es que el objeto existe y hoy es sometido a la mirada de la humanidad toda. Las profundidades de los océanos atesoran valiosos testimonios del pasado y del futuro.
Desde siempre, los aventureros marinos comentaban historias de encuentros con animales y monstruos del agua, pero lo más curioso era esa inexplicable especie de medallón que esporádicamente emergía flotando por unos instantes, hoy por aquí y tal vez al mismo tiempo contaban que la habían visto por mares distantes.
Esto daba la posibilidad de preguntarse cuantas serían? Se trataría de un objeto viviente? Cuál sería el material que resiste el paso de los años, los siglos…siempre se supuso de una dura piedra, por el sonido de los ganchos de hierro en cada intento de atraparla.
¿Cómo puede flotar una piedra? ¡Cómo sacarla a flote! Los tiempos en los que se hacía visible eran tan cortos que se perdían entre gritos y discusiones. Se supone que las neuronas de la verdad son muy escasas y hasta podríamos decir, efímeras.